Hace algunos días leía una interesante composición de fragmentos de cartas del Libertador Simón Bolívar para la señora Fanny Du Villar, fechada en París en 1804.
En esta composición El Libertador describe un poco la situación física y emocional en que se encontraba ante el fallecimiento de su señora esposa María Teresa del Toro Alayza y de su busqueda desesperada de consuelo y orientación de Don Simón Rodríguez, recuerda el momento en que viajo desde París hasta Viena para reunirse con su Maestro y Mentor. Asegura—yo esperaba mucha de la sociedad de mi amigo, del compañero de mi infancia, del confidente de todos mis goces y penas, del Mentor cuyos consejos y consuelos han tenido para mi tanto imperio— sin embargo, en las circunstancias en que se hallaba El Libertador aquel año de 1804 le pareció estéril el encuentro con su Maestro. Dice Bolívar: "El señor Rodríguez sólo amaba las ciencias. Mis lágrimas lo afectaron, porque él me quería sinceramente, pero él no las comprende. Yo lo hallo ocupado en un gabinete de física y química que tenía un señor alemàn y en el cual debían demostrarse públicamente estas ciencias por el señor Rodríguez."
Agrega Bolívar: – Apenas le veo yo una hora al día. Cuando me reúno a él, me dice de prisa: mi amigo, diviértete, reúnete con los jóvenes de tu edad, vete al espectáculo, en fin; es preciso distraerte y este es el solo medio que hay para que te cures."
Reflexiona Bolívar– Yo comprendo entonces que le falta alguna cosa a este hombre, el más sabio, el más virtuoso y sin que haya duda el más extraordinario que se puede encontrar.
Yo caigo bien pronto en un estado de consunción ( Consunción: Del latín, consumere, consumir. Adelgazamiento y pérdida de fuerza, que se observan en todas las enfermedades graves y prolongadas.) y los médicos declararon que iba a morir. Era lo que yo deseaba."
Yo caigo bien pronto en un estado de consunción ( Consunción: Del latín, consumere, consumir. Adelgazamiento y pérdida de fuerza, que se observan en todas las enfermedades graves y prolongadas.) y los médicos declararon que iba a morir. Era lo que yo deseaba."
Continúa relatando El Libertador: "una noche que estaba muy malo, me despierta Rodríguez con mi médico: los dos hablaban en alemán. Yo no comprendía una palabra de lo que ellos decían; pero en su acento, en su fisonomía, conocía que su conversación era muy animada. El médico después de
haberme examinado bien se marchó. Tenía todo mi conocimiento y aunque muy débil podía sostener todavía una conversación."
—Rodríguez vino a sentarse cerca de mí, me habló con esa bondad afectuosa que me ha manifestado siempre en las circunstancias más graves de mi vida, me reconviene con dulzura y me hace conocer que es una locura el abandonarme y quererme morir en la mitad del camino.
Me hizo comprender que existía en la vida de un hombre otra cosa que el amor, y que podía ser muy feliz dedicándome a la ciencia o entregándome a la ambición.-
Me hizo comprender que existía en la vida de un hombre otra cosa que el amor, y que podía ser muy feliz dedicándome a la ciencia o entregándome a la ambición.-
Rodríguez al decir de Bolívar hablaba con "encanto persuasivo", aunque dijere los sofismas más absurdos, cree uno que tiene razón. Y agrega: " Me persuade, como lo hace siempre que quiere. Viéndome entonces un poco mejor, me deja, pero al día siguiente me repite iguales exhortaciones. La noche siguiente, exaltandose la imaginación con todo lo que yo podría hacer, sea por las ciencias, sea por la libertad de los pueblos le dije: —si, sin duda, yo siento que podría lanzarme en las brillantes carreras que me presentáis pero era preciso que fuese rico...sin medios de ejecución no se alcanza nada; y lejos de ser rico soy pobre y estoy enfermo y abatido. ¡Ah! Rodríguez, prefiero morir... Le di la mano para suplicarle que me dejara morir tranquilo.
Se vió en la fisonomía de Rodríguez–continúa Bolívar– una revolución súbita: queda un instante incierto, como un hombre que vacila acerca del partido que debe tomar. En este instante levanta los ojos al cielo, exclamando con una voz inspirada: ¡está salvo!
Se acerca a mi, toma mis manos, las aprieta con las suyas que tiemblan y están bañadas en sudor y enseguida me dice con un acento sumamente afectuoso:
¿Mi amigo, si tú fueras rico, consentirías en vivir? ¡Dí!..¡Respóndeme!..Quedé irresoluto, no sabía lo que esto significaba. Respondo: Si. ¡Ah! exclama él, nosotros estamos salvos...¿el oro sirve pues para alguna cosa? Pues bien, ¡Simón Bolívar, sois rico! ¡Teneis actualmente cuatro millones!.. Ante esta revelación Bolívar escribió: "Tan extensa y difusa como es nuestra lengua española, es, como todas las otras impotente para explicar semejantes emociones. Los hombres las prueban pocas veces: sus palabras corresponden a las sensaciones ordinarias de este mundo; las que yo sentía eran sobrehumanas; estoy admirado de que mi organización las haya podido resistir.
Se acerca a mi, toma mis manos, las aprieta con las suyas que tiemblan y están bañadas en sudor y enseguida me dice con un acento sumamente afectuoso:
¿Mi amigo, si tú fueras rico, consentirías en vivir? ¡Dí!..¡Respóndeme!..Quedé irresoluto, no sabía lo que esto significaba. Respondo: Si. ¡Ah! exclama él, nosotros estamos salvos...¿el oro sirve pues para alguna cosa? Pues bien, ¡Simón Bolívar, sois rico! ¡Teneis actualmente cuatro millones!.. Ante esta revelación Bolívar escribió: "Tan extensa y difusa como es nuestra lengua española, es, como todas las otras impotente para explicar semejantes emociones. Los hombres las prueban pocas veces: sus palabras corresponden a las sensaciones ordinarias de este mundo; las que yo sentía eran sobrehumanas; estoy admirado de que mi organización las haya podido resistir.
–La memoria que yo acabo de evocar me abruma. Lejos están las riquezas de dar los goces que ellas hacen esperar!..– Reflexiona.
Más adelante indica
–Rodríguez no me había engañado: yo tenía realmente cuatro millones. Este hombre caprichoso, sin orden en sus propios negocios, que se endrogaba con todo el mundo, sin pagar a nadie, hallándose muchas veces reducido a carecer de las cosas más necesarias, este hombre ha cuidado la fortuna que mi padre me ha dejado con tan buen resultado como integridad, pues la ha aumentado en un tercio. Sólo ha gastado en mi persona ocho mil francos durante los ocho años que yo he
Más adelante indica
–Rodríguez no me había engañado: yo tenía realmente cuatro millones. Este hombre caprichoso, sin orden en sus propios negocios, que se endrogaba con todo el mundo, sin pagar a nadie, hallándose muchas veces reducido a carecer de las cosas más necesarias, este hombre ha cuidado la fortuna que mi padre me ha dejado con tan buen resultado como integridad, pues la ha aumentado en un tercio. Sólo ha gastado en mi persona ocho mil francos durante los ocho años que yo he
estado bajo su tutela. Ciertamente él ha debido cuidarla mucho. A decir verdad la manera como me hacía viajar era muy económica, él no ha pagado más deudas que las que contraje con mis sastres, pues la que es relativa a mi instrucción es muy pequeña respecto a que él era mi maestro universal.
Simón Bolívar asegura en esta carta: –Rodríguez pensaba hacer nacer en mi la pasión a las conquistas intelectuales, a fin de hacerme su esclavo– y recalca– espantado del imperio que tomó sobre mí mi primer amor y de los dolorosos sentimientos que me condujeron a la puerta de la tumba, se lisonjeaba de que se desarrollaría mi antigua dedicación a las ciencias; pues tenía medios para hacer descubrimientos, siendo la celebridad la sola idea de mi pensamiento. ¡Ay! el sabio Rodríguez se engaña: me juzga por él mismo. Yo llego a los veinte y un años, y no podía ocultarme por más tiempo mi fortuna; pero me lo habría hecho conocer gradualmente y de eso estoy seguro, si las circunstancias no le hubiesen obligado a hacérmela conocer de una vez.
De inmediato Bolívar escribe:–Yo no había deseado las riquezas: ellas se me presentan sin buscarlas, no estando preparado para resistir a su seducción. Yo me abandono enteramente a ellas. Nosotros somos los juguetes de la fortuna; a esta grande divinidad del Universo, la sola que yo reconozco es a quien es preciso atribuir nuestros vicios y nuestras virtudes. Si ella no hubiese puesto un inmenso caudal en mi camino, servidor celoso de las ciencias, entusiasta de la libertad, la gloria hubiese sido mi solo culto, el único objeto de mi vida. Los placeres me han cautivado, pero no largo tiempo. La embriaguez ha sido corta, pues se ha hallado muy cerca el fastidio. Pretendeis que yo me inclino menos a los placeres que al fausto, convengo en ello; porque me parece, que el fausto tiene un falso aire de gloria.
Rodríguez no aprobaba–continua diciendo– el uso que yo hacía de mi fortuna: le parecía que era mejor gastarla en instrumentos de física y en experimentos químicos; así es que no cesa de vituperar los gastos que el llama necedades frívolas. Desde entonces me atreveré a confesarlo...Desde entonces sus reconvenciones me molestaban y me obligaron a abandonar a Viena para libertarme de ellas. Me dirigí a Londres, donde gasté ciento cincuenta mil francos en tres meses. Me fui después a Madrid donde sostuve un tren de vida de un príncipe. Hice lo mismo en Lisboa, en fin, por todas partes ostento el mayor lujo y prodigo el oro a la simple apariencia de los placeres.
Fastidiado de las grandes ciudades que he visitado vuelvo a París con la esperanza de hallar lo que no he encontrado en ninguna parte, un género de vida que me convenía; pero yo no soy un hombre como todos los demás y París no es el lugar que puede poner término a la vaga incertidumbre de que estoy atormentado. Sólo hace tres semanas que he llegado aquí y ya estoy aburrido.
Y continúa escribiendo acerca de lo que tenía que decir del tiempo pasado; añadiendo:–el presente no existe para mi, es un vacío completo donde no puede nacer un solo deseo que deje alguna huella grabada en mi memoria. Será el desierto de mi vida...Apenas tengo un ligero capricho lo satisfago al instante y lo que yo creo un deseo, cuando lo poseo sólo es un objeto de disgusto. ¿Los continuos cambiamientos que son el fruto de la casualidad, reanimaría acaso mi vida? Lo ignoro; peto si no sucede esto volveré a caer en el estado de consunción de que me había sacado Rodríguez al anunciarme mis cuatro millones. Sin embargo, no creáis que me rompa la cabeza en malas conjeturas sobre el porvenir. Únicamente los locos se ocupan de estas quiméricas combinaciones. Sólo se pueden someter al cálculo las cosas cuyos datos son conocidos; entonces el juicio, como en las matemáticas, puede formarse de una manera exacta.
Finalmente sentenció- Yo pienso que hay pocos hombres que sean incorregibles; y como siempre es útil el conocerse y saber lo que se puede esperar de sí, yo me creeré feliz cuando la casualidad me presente un amigo que me sirva de espejo...
Esta carta me produjo una gran cantidad de reflexiones pues Bolívar plantea varios temas de interés. Dada la hora alta de la noche me fui quedando dormido y tuve un sueño.
en él dialogaban el Amor y el Querer.
El querer preguntó al Amor:
- ¿Por qué eres tan eterno?.
Y El Amor respondió:
- Tal vez sea porque no poseo nada.
-¡Eso es imposible! - exclamó el Querer -
y afirmó – posees todas las cosas, como yo– ¿Acaso no somos el mismo ser?
Preguntó el Amor:
- ¿Tú crees, dime qué es lo que tu posees?
Respondió el Querer.
- El amante que posee al ser amado, el político que posee el poder, el religioso que posee la fe; yo poseo todo aquello que quiero.
El Amor le dijo:
-Puedes ver que tú mismo te respondes, yo cuando amo no poseo al objeto amado. Yo amo a una mariposa en vuelo,
amo una flor con su tiempo contado
y amo a la persona que en su vida semeja al vuelo de una mariposa y al tiempo contado de una flor.
Muy exaltado el Querer exclamó.
-¡ Eso es una quimera!–
En su inagotable paciencia el Amor le responde.
- El mundo es una quimera.
¿Qué crees que soy yo?
Soy la Ilusión, la fantasía que se cree posible...
Soy el mirar juntos en la misma dirección...
Soy la vida que se vive para los demás...
Y concluyó:
–Cuando yo soy, no hay insultos ni maltratos, hay comprender–
Yo existo en la vida de un hombre no solo como el amor a la mujer, también me manifiesto en la felicidad de la persona que se dedica a la ciencia, del estudiante que asume con amor sus responsabilidades, estuve en el Amor de Simón Bolívar por la gloria y en su tenaz lucha por la libertad de los pueblos y aunque pudo morir de amor por su esposa tuvo un sabio a su lado que supo orientarle y rescatarle del fondo de su dolor y liberándolo, lo dejó en condiciones para que empezaré a trazar el sendero hacia lo que más amaba, la gloria.
Con relación al sueño se imponen algunas reflexiones de naturaleza psicológicas. A este respecto cabe anotar que el sueño es una actividad necesaria para la supervivencia del organismo, aunque todavía se desconocen las causas exactas de por qué se necesita dormir; no obatante, se sabe que la función principal es darle descanso al cerebro y al cuerpo de la actividad diaria. No puede vivirse mucho tiempo sin dormir, más de tres días sin conciliar el sueño en absoluto puede tener consecuencias impredecibles..
Aunque el número de horas del dormir es variable, las personas más jóvenes que realizan esfuerzos físicos o psíquicos intensos, suelen necesitar dormir más tiempo. Un niño puede precisar dormir unas 10 horas diarias, un adulto entre 6 y 8 horas, mientras que una persona de la tercera edad puede tener suficiente con cinco o seis horas diarias.
Es muy importante que el sueño sea de calidad y sin fragmentaciones. Cinco horas de sueño profundo y reparador pueden descansar más que ocho horas sufriendo pesadillas o incomodidades. Pero el sueño no supone solamente un simple descanso, sino también para drenar gran cantidad de tensiones originadas durante la vigilia, y es en esta liberación de tensiones donde juega su papel más importante la capacidad de soñar.
Aunque el dormir y el Soñar son dos procesos íntimamente unidos, no necesaria y forzosamente van siempre acompañados. No se sueña durante todo el tiempo que se permanezca dormido, sino solamente durante algunos períodos concretos llamados fases MOR (movimiento ocular rápido) o REM (rapid eyes movements) en inglés.
Cuando se va a dormir lo primero que se produce es un estado de adormecimiento o presueño, cuya duración suele ser de una media hora y durante el cual se pasa del estado de vigilia al de sueño con una progresiva disminución de la conciencia. A lo largo de esta fase es normal que se produzcan ilusiones visuales o auditivas (se tiene la ilusión de oír o ver cosas que no existen), así como que se sientan calambres, vértigos o sensación de tropiezo.
Posteriormente, cuando se está sumido en sueño profundo, se van sucediendo las fases de sueño REM con las de no-REM o sueño superficial. La primera fase REM suele presentarse entre la primera y segunda hora del sueño, apareciendo después de forma intermitente durante todo el período de sueño normal. A esta fase también se la denomina fase de sueño paradójico, ya que si se realiza un trazado elentroencefalográfico (EEG) se vería que es muy parecido a cuando la persona está despierta, además es la fase en que más cuesta que la persona se despierte. En esta fase se produce la mayor parte de la actividad onírica. También en esta fase ocurren una serie de cambios como disminución del tono muscular, aumento de la resistencia eléctrica de la piel, alteraciones del pulso y la respiración, que se vuelven más irregulares, aumenta ligeramente la motilidad del aparato digestivo, se producen erecciones en el hombre y aumento del flujo sanguíneo vaginal en la mujer. Gran parte de estas modificaciones se deben a la activación del hipotálamo y la hipófisis, que aumentan la secreción de ciertas hormonas como la testosterona, el cortisol o la hormona del crecimiento.
No existe hoy en día una opinión uniforme sobre la significación de los sueños. Ya en la antigüedad se creía que los sueños se hallaban en relación con el mundo de lo sobrenatural, y que traían consigo revelaciones divinas, en especial sobre el porvenir del individuo. Incluso Aristóteles creía en la posibilidad de hallar en los sueños la indicación del comienzo de alguna enfermedad de la que todavía no se podía ser conscientes durante la vigilia por falta de síntomas.
Sigmund Freud, en su famosa obra La interpretación de los sueños escribió que los sueños eran la realización de los deseos más profundos, aquellos que no se podían llevar a cabo mientras se estába despierto. Según él los sueños serían la expresión de un deseo insatisfecho. Les atribuía fundamentalmente un carácter de tipo sexual. Posteriormente el mismo Freud reconoció que no siempre era así, y que también podían ser la manifestación de un problema o una preocupación, incluso la expresión de temores del inconsciente, tal como ocurre con las pesadillas o sueños angustiosos.
Se puede afirmar que en mayor o menor grado el contenido de los sueños está determinado por la personalidad del individuo, su vida y sus experiencias pasadas. Así, el contenido más frecuente de los sueños está constituido por los acontecimientos cotidianos vividos por la persona, pero distorsionados por el subconsciente. De hecho se ha podido comprobar que el contenido de los sueños está relacionado muchas veces con la actividad llevada a cabo durante el mismo día y, muy especialmente, con las imágenes percibidas durante los momentos inmediatamente anteriores a haberse quedado dormido.
También se puede observar que muchos sueños acogen recuerdos de la infancia y la juventud, trayéndonos a veces antiguos recuerdos que creíamos perdidos. Este es un fenómeno relativamente normal, quizás sea debido a la gran importancia que suelen tener estos recuerdos para la vida de la persona, aunque aún no se ha podido demostrar.
Se ha observado que algunos sueños los tienen muchas personas, como por ejemplo creer que caemos desde una altura, soñar que volamos, que perdemos algún diente o sentirnos avergonzados porque pensamos que vamos desnudos o mal vestidos. El sueño de caer desde una altura está casi siempre ocasionado por el hecho de que, estando ya inconscientes incluso de la sensación de contacto y presión sobre la cama, movemos un brazo o una pierna de tal forma que este movimiento se vuelve en parte consciente pero de forma distorsionada y creemos que nos estamos cayendo. El sueño de perder los dientes también se atribuye a una sensación bucal momentánea y el de sentirnos desnudos se relaciona con el hecho de haber salido de las sábanas que nos cubrían.
En algunas personas hay determinados sueños que se repiten y que generalmente están cargados de angustia. En ocasiones pueden ser la expresión de traumas psicológicos que todavía no han sido asumidos por la persona.
Algo curioso en los sueños es que generalmente no nos acordamos de ellos, o sólo de los que hemos tenido en el último momento antes de despertarnos, e incluso se van olvidando éstos con una rapidez extraordinaria, excepto quizás aquellos que nos han producido gran impacto. Esto es debido a que de esta manera no se han guardado en el cerebro recuerdos sin sentido que podrían confundir, pues al despertar hay que saber distinguir la realidad de la ensoñación, así que esta última se acaba borrando de la memoria como medida de seguridad.
El sueño en definitiva consigue apartar al individuo de su vida despierta, así como de las presiones diurnas. Pero todavía no se ha podido establecer exactamente cuáles son sus orígenes y funciones definitivas, tampoco se ha podido demostrar científicamente que existan sueños premonitorios, hasta ahora todo son hipótesis más o menos certeras de nuestra vida onírica.
Carl Gustav Jung quien fundó su propia escuela terapéutica, la Psicología Analítica, difiere de Freud en su visión de los sueños. Para él, el sueño es una expresión normal y creativa del inconsciente y no la reaparición parcial de contenidos reprimidos.
Jung sugiere que los sueños frecuentemente reflejan el trabajo de una pulsión hacia la salud y la madurez psicológica; su función es la de restaurar el equilibrio psicológico del soñadorsoñador. Jung confiere a los sueños una finalidad; los sueños tienen una
función prospectiva hacia el futuro, como anticipación de acontecimientos futuros. Jung creó la expresión de que los sueños son un “ejercicio preliminar o esbozo” (Jung, 1948/1974, p.41). El contenido simbólico es, según Jung, la propuesta de solución de un conflicto. De esta manera, los sueños pueden ayudar, de forma simbólica, a la mente consciente a preparar un camino que ya se está dibujando. Los sueños pueden ayudar a ver las cosas desde otro punto de vista, a complementar la visión parcial y sesgada que tiene la mente en estado despierto y comparar diferentes puntos de vista para que la persona después pueda producir un ajuste o rectificación en estado de vigilia. Para Jung, la función general de los sueños consiste en intentar restablecer el equilibrio psicológico de la persona y por cosiguiente de pensar las deficiencias de su personalidad.
En vez de considerar los sueños un símbolo como disfraz para otra cosa, Jung piensa que los símbolos se deben reconocer como tener su valor por sí mismos. Los símbolos y las imágenes en el sueño son el lenguaje natural del inconsciente, y el sueño expresa algo psíquico que sólo puede ser traducido parcialmente en términos racionales. Jung pone mucho énfasis en los símbolos de carácter universal; sus estudios de la mitología, de las religiones, de las leyendas y expresiones culturales le hizo pensar que las temáticas universales encontradas revelan la existencia, en cada individuo, de una parte del inconsciente que es común a toda la humanidad, el “inconsciente colectivo”.
De esto deriva, que Jung, en vez de limitarse a buscar contenidos sexuales reprimidos desde la infancia, pone más énfasis en la vida actual del soñador, intentando encontrar la manera en que el sueño puede ser un tesoro creativo con el potencial de reforzar la personalidad. Jung también rechaza la técnica freudiana de la libre asociación para la interpretación del sueño, pero sin proponer un método propio en cambio. En la práctica, Jung solía trabajar con toda una serie de sueños de una persona y utilizaba una variedad de métodos imaginativos, meditativos y artísticos para llegar a una interpretación. El sueño se considera “analizado” cuando el soñador tiene la impresión que le “da sentido."
Tiene sentido el sueño del diálogo entre el Amor y el Querer después de haber leído la carta de Bolívar, pues hay que sentir verdadero amor para ofrendar la vida por la emancipación de los pueblos, para caer en un estado de consunción a consecuencia de la pérdida de la esposa y para la actividad desplegada por el Maestro Simón Rodríguez al ver la situación en que se encontró Bolívar a los veinte y un años de edad.
En LiberCiencia somos de la opinión de que si se quiere, se puede, porque todo es cuestión de voluntad, esfuerzo y entusiasmo. Y los sueños que tengamos dependerán de tus pasos, de tu iniciativa y tu proactividad. Y también de los vientos externos que te hagan variar el rumbo o naufragar. La cuestión es levantarse, aprender del rumbo trazado, de los errores cometidos y siempre seguir adelante.
Empieza a subir peldaños, poco a poco, con la valentía en tu frente y la energía en tu mirada. Estudias las posibilidades reales, los senderos y atajos, tus fuertes y debilidades, tus oportunidades y obstáculos. Todos suma para conseguir llegar a la cima de tus propósitos. Pero lo dicho: sin movimiento, no hay camino, sin actitud proactiva, no hay nada.
Tienes que creer en ti, con todas tus fuerzas, pero tienes que ponerte en marcha, caminar, luchar, esforzarte y buscar soluciones. Nada te vendrá regalado así que tienes que construir los caminos oportunos para que esos sueños, al final, se cumplan. ¿Eres un soñador perezoso? o, por contra ¿eres un intrépido aventurero que disfruta de la vida y quiere cumplir sus proyectos? Atrévete, disfruta del trayecto y lucha por lo que crees. Es cuestión de asumir responsabilidades y de cumplirlas sin excusas y esto pasa por dejar de andar buscando culpables en los demás.
Simón Bolívar asegura en esta carta: –Rodríguez pensaba hacer nacer en mi la pasión a las conquistas intelectuales, a fin de hacerme su esclavo– y recalca– espantado del imperio que tomó sobre mí mi primer amor y de los dolorosos sentimientos que me condujeron a la puerta de la tumba, se lisonjeaba de que se desarrollaría mi antigua dedicación a las ciencias; pues tenía medios para hacer descubrimientos, siendo la celebridad la sola idea de mi pensamiento. ¡Ay! el sabio Rodríguez se engaña: me juzga por él mismo. Yo llego a los veinte y un años, y no podía ocultarme por más tiempo mi fortuna; pero me lo habría hecho conocer gradualmente y de eso estoy seguro, si las circunstancias no le hubiesen obligado a hacérmela conocer de una vez.
De inmediato Bolívar escribe:–Yo no había deseado las riquezas: ellas se me presentan sin buscarlas, no estando preparado para resistir a su seducción. Yo me abandono enteramente a ellas. Nosotros somos los juguetes de la fortuna; a esta grande divinidad del Universo, la sola que yo reconozco es a quien es preciso atribuir nuestros vicios y nuestras virtudes. Si ella no hubiese puesto un inmenso caudal en mi camino, servidor celoso de las ciencias, entusiasta de la libertad, la gloria hubiese sido mi solo culto, el único objeto de mi vida. Los placeres me han cautivado, pero no largo tiempo. La embriaguez ha sido corta, pues se ha hallado muy cerca el fastidio. Pretendeis que yo me inclino menos a los placeres que al fausto, convengo en ello; porque me parece, que el fausto tiene un falso aire de gloria.
Rodríguez no aprobaba–continua diciendo– el uso que yo hacía de mi fortuna: le parecía que era mejor gastarla en instrumentos de física y en experimentos químicos; así es que no cesa de vituperar los gastos que el llama necedades frívolas. Desde entonces me atreveré a confesarlo...Desde entonces sus reconvenciones me molestaban y me obligaron a abandonar a Viena para libertarme de ellas. Me dirigí a Londres, donde gasté ciento cincuenta mil francos en tres meses. Me fui después a Madrid donde sostuve un tren de vida de un príncipe. Hice lo mismo en Lisboa, en fin, por todas partes ostento el mayor lujo y prodigo el oro a la simple apariencia de los placeres.
Fastidiado de las grandes ciudades que he visitado vuelvo a París con la esperanza de hallar lo que no he encontrado en ninguna parte, un género de vida que me convenía; pero yo no soy un hombre como todos los demás y París no es el lugar que puede poner término a la vaga incertidumbre de que estoy atormentado. Sólo hace tres semanas que he llegado aquí y ya estoy aburrido.
Y continúa escribiendo acerca de lo que tenía que decir del tiempo pasado; añadiendo:–el presente no existe para mi, es un vacío completo donde no puede nacer un solo deseo que deje alguna huella grabada en mi memoria. Será el desierto de mi vida...Apenas tengo un ligero capricho lo satisfago al instante y lo que yo creo un deseo, cuando lo poseo sólo es un objeto de disgusto. ¿Los continuos cambiamientos que son el fruto de la casualidad, reanimaría acaso mi vida? Lo ignoro; peto si no sucede esto volveré a caer en el estado de consunción de que me había sacado Rodríguez al anunciarme mis cuatro millones. Sin embargo, no creáis que me rompa la cabeza en malas conjeturas sobre el porvenir. Únicamente los locos se ocupan de estas quiméricas combinaciones. Sólo se pueden someter al cálculo las cosas cuyos datos son conocidos; entonces el juicio, como en las matemáticas, puede formarse de una manera exacta.
Finalmente sentenció- Yo pienso que hay pocos hombres que sean incorregibles; y como siempre es útil el conocerse y saber lo que se puede esperar de sí, yo me creeré feliz cuando la casualidad me presente un amigo que me sirva de espejo...
Esta carta me produjo una gran cantidad de reflexiones pues Bolívar plantea varios temas de interés. Dada la hora alta de la noche me fui quedando dormido y tuve un sueño.
en él dialogaban el Amor y el Querer.
El querer preguntó al Amor:
- ¿Por qué eres tan eterno?.
Y El Amor respondió:
- Tal vez sea porque no poseo nada.
-¡Eso es imposible! - exclamó el Querer -
y afirmó – posees todas las cosas, como yo– ¿Acaso no somos el mismo ser?
Preguntó el Amor:
- ¿Tú crees, dime qué es lo que tu posees?
Respondió el Querer.
- El amante que posee al ser amado, el político que posee el poder, el religioso que posee la fe; yo poseo todo aquello que quiero.
El Amor le dijo:
-Puedes ver que tú mismo te respondes, yo cuando amo no poseo al objeto amado. Yo amo a una mariposa en vuelo,
amo una flor con su tiempo contado
y amo a la persona que en su vida semeja al vuelo de una mariposa y al tiempo contado de una flor.
Muy exaltado el Querer exclamó.
-¡ Eso es una quimera!–
En su inagotable paciencia el Amor le responde.
- El mundo es una quimera.
¿Qué crees que soy yo?
Soy la Ilusión, la fantasía que se cree posible...
Soy el mirar juntos en la misma dirección...
Soy la vida que se vive para los demás...
Y concluyó:
–Cuando yo soy, no hay insultos ni maltratos, hay comprender–
Yo existo en la vida de un hombre no solo como el amor a la mujer, también me manifiesto en la felicidad de la persona que se dedica a la ciencia, del estudiante que asume con amor sus responsabilidades, estuve en el Amor de Simón Bolívar por la gloria y en su tenaz lucha por la libertad de los pueblos y aunque pudo morir de amor por su esposa tuvo un sabio a su lado que supo orientarle y rescatarle del fondo de su dolor y liberándolo, lo dejó en condiciones para que empezaré a trazar el sendero hacia lo que más amaba, la gloria.
Con relación al sueño se imponen algunas reflexiones de naturaleza psicológicas. A este respecto cabe anotar que el sueño es una actividad necesaria para la supervivencia del organismo, aunque todavía se desconocen las causas exactas de por qué se necesita dormir; no obatante, se sabe que la función principal es darle descanso al cerebro y al cuerpo de la actividad diaria. No puede vivirse mucho tiempo sin dormir, más de tres días sin conciliar el sueño en absoluto puede tener consecuencias impredecibles..
Aunque el número de horas del dormir es variable, las personas más jóvenes que realizan esfuerzos físicos o psíquicos intensos, suelen necesitar dormir más tiempo. Un niño puede precisar dormir unas 10 horas diarias, un adulto entre 6 y 8 horas, mientras que una persona de la tercera edad puede tener suficiente con cinco o seis horas diarias.
Es muy importante que el sueño sea de calidad y sin fragmentaciones. Cinco horas de sueño profundo y reparador pueden descansar más que ocho horas sufriendo pesadillas o incomodidades. Pero el sueño no supone solamente un simple descanso, sino también para drenar gran cantidad de tensiones originadas durante la vigilia, y es en esta liberación de tensiones donde juega su papel más importante la capacidad de soñar.
Aunque el dormir y el Soñar son dos procesos íntimamente unidos, no necesaria y forzosamente van siempre acompañados. No se sueña durante todo el tiempo que se permanezca dormido, sino solamente durante algunos períodos concretos llamados fases MOR (movimiento ocular rápido) o REM (rapid eyes movements) en inglés.
Cuando se va a dormir lo primero que se produce es un estado de adormecimiento o presueño, cuya duración suele ser de una media hora y durante el cual se pasa del estado de vigilia al de sueño con una progresiva disminución de la conciencia. A lo largo de esta fase es normal que se produzcan ilusiones visuales o auditivas (se tiene la ilusión de oír o ver cosas que no existen), así como que se sientan calambres, vértigos o sensación de tropiezo.
Posteriormente, cuando se está sumido en sueño profundo, se van sucediendo las fases de sueño REM con las de no-REM o sueño superficial. La primera fase REM suele presentarse entre la primera y segunda hora del sueño, apareciendo después de forma intermitente durante todo el período de sueño normal. A esta fase también se la denomina fase de sueño paradójico, ya que si se realiza un trazado elentroencefalográfico (EEG) se vería que es muy parecido a cuando la persona está despierta, además es la fase en que más cuesta que la persona se despierte. En esta fase se produce la mayor parte de la actividad onírica. También en esta fase ocurren una serie de cambios como disminución del tono muscular, aumento de la resistencia eléctrica de la piel, alteraciones del pulso y la respiración, que se vuelven más irregulares, aumenta ligeramente la motilidad del aparato digestivo, se producen erecciones en el hombre y aumento del flujo sanguíneo vaginal en la mujer. Gran parte de estas modificaciones se deben a la activación del hipotálamo y la hipófisis, que aumentan la secreción de ciertas hormonas como la testosterona, el cortisol o la hormona del crecimiento.
No existe hoy en día una opinión uniforme sobre la significación de los sueños. Ya en la antigüedad se creía que los sueños se hallaban en relación con el mundo de lo sobrenatural, y que traían consigo revelaciones divinas, en especial sobre el porvenir del individuo. Incluso Aristóteles creía en la posibilidad de hallar en los sueños la indicación del comienzo de alguna enfermedad de la que todavía no se podía ser conscientes durante la vigilia por falta de síntomas.
Sigmund Freud, en su famosa obra La interpretación de los sueños escribió que los sueños eran la realización de los deseos más profundos, aquellos que no se podían llevar a cabo mientras se estába despierto. Según él los sueños serían la expresión de un deseo insatisfecho. Les atribuía fundamentalmente un carácter de tipo sexual. Posteriormente el mismo Freud reconoció que no siempre era así, y que también podían ser la manifestación de un problema o una preocupación, incluso la expresión de temores del inconsciente, tal como ocurre con las pesadillas o sueños angustiosos.
Se puede afirmar que en mayor o menor grado el contenido de los sueños está determinado por la personalidad del individuo, su vida y sus experiencias pasadas. Así, el contenido más frecuente de los sueños está constituido por los acontecimientos cotidianos vividos por la persona, pero distorsionados por el subconsciente. De hecho se ha podido comprobar que el contenido de los sueños está relacionado muchas veces con la actividad llevada a cabo durante el mismo día y, muy especialmente, con las imágenes percibidas durante los momentos inmediatamente anteriores a haberse quedado dormido.
También se puede observar que muchos sueños acogen recuerdos de la infancia y la juventud, trayéndonos a veces antiguos recuerdos que creíamos perdidos. Este es un fenómeno relativamente normal, quizás sea debido a la gran importancia que suelen tener estos recuerdos para la vida de la persona, aunque aún no se ha podido demostrar.
Se ha observado que algunos sueños los tienen muchas personas, como por ejemplo creer que caemos desde una altura, soñar que volamos, que perdemos algún diente o sentirnos avergonzados porque pensamos que vamos desnudos o mal vestidos. El sueño de caer desde una altura está casi siempre ocasionado por el hecho de que, estando ya inconscientes incluso de la sensación de contacto y presión sobre la cama, movemos un brazo o una pierna de tal forma que este movimiento se vuelve en parte consciente pero de forma distorsionada y creemos que nos estamos cayendo. El sueño de perder los dientes también se atribuye a una sensación bucal momentánea y el de sentirnos desnudos se relaciona con el hecho de haber salido de las sábanas que nos cubrían.
En algunas personas hay determinados sueños que se repiten y que generalmente están cargados de angustia. En ocasiones pueden ser la expresión de traumas psicológicos que todavía no han sido asumidos por la persona.
Algo curioso en los sueños es que generalmente no nos acordamos de ellos, o sólo de los que hemos tenido en el último momento antes de despertarnos, e incluso se van olvidando éstos con una rapidez extraordinaria, excepto quizás aquellos que nos han producido gran impacto. Esto es debido a que de esta manera no se han guardado en el cerebro recuerdos sin sentido que podrían confundir, pues al despertar hay que saber distinguir la realidad de la ensoñación, así que esta última se acaba borrando de la memoria como medida de seguridad.
El sueño en definitiva consigue apartar al individuo de su vida despierta, así como de las presiones diurnas. Pero todavía no se ha podido establecer exactamente cuáles son sus orígenes y funciones definitivas, tampoco se ha podido demostrar científicamente que existan sueños premonitorios, hasta ahora todo son hipótesis más o menos certeras de nuestra vida onírica.
Carl Gustav Jung quien fundó su propia escuela terapéutica, la Psicología Analítica, difiere de Freud en su visión de los sueños. Para él, el sueño es una expresión normal y creativa del inconsciente y no la reaparición parcial de contenidos reprimidos.
Jung sugiere que los sueños frecuentemente reflejan el trabajo de una pulsión hacia la salud y la madurez psicológica; su función es la de restaurar el equilibrio psicológico del soñadorsoñador. Jung confiere a los sueños una finalidad; los sueños tienen una
función prospectiva hacia el futuro, como anticipación de acontecimientos futuros. Jung creó la expresión de que los sueños son un “ejercicio preliminar o esbozo” (Jung, 1948/1974, p.41). El contenido simbólico es, según Jung, la propuesta de solución de un conflicto. De esta manera, los sueños pueden ayudar, de forma simbólica, a la mente consciente a preparar un camino que ya se está dibujando. Los sueños pueden ayudar a ver las cosas desde otro punto de vista, a complementar la visión parcial y sesgada que tiene la mente en estado despierto y comparar diferentes puntos de vista para que la persona después pueda producir un ajuste o rectificación en estado de vigilia. Para Jung, la función general de los sueños consiste en intentar restablecer el equilibrio psicológico de la persona y por cosiguiente de pensar las deficiencias de su personalidad.
En vez de considerar los sueños un símbolo como disfraz para otra cosa, Jung piensa que los símbolos se deben reconocer como tener su valor por sí mismos. Los símbolos y las imágenes en el sueño son el lenguaje natural del inconsciente, y el sueño expresa algo psíquico que sólo puede ser traducido parcialmente en términos racionales. Jung pone mucho énfasis en los símbolos de carácter universal; sus estudios de la mitología, de las religiones, de las leyendas y expresiones culturales le hizo pensar que las temáticas universales encontradas revelan la existencia, en cada individuo, de una parte del inconsciente que es común a toda la humanidad, el “inconsciente colectivo”.
De esto deriva, que Jung, en vez de limitarse a buscar contenidos sexuales reprimidos desde la infancia, pone más énfasis en la vida actual del soñador, intentando encontrar la manera en que el sueño puede ser un tesoro creativo con el potencial de reforzar la personalidad. Jung también rechaza la técnica freudiana de la libre asociación para la interpretación del sueño, pero sin proponer un método propio en cambio. En la práctica, Jung solía trabajar con toda una serie de sueños de una persona y utilizaba una variedad de métodos imaginativos, meditativos y artísticos para llegar a una interpretación. El sueño se considera “analizado” cuando el soñador tiene la impresión que le “da sentido."
Tiene sentido el sueño del diálogo entre el Amor y el Querer después de haber leído la carta de Bolívar, pues hay que sentir verdadero amor para ofrendar la vida por la emancipación de los pueblos, para caer en un estado de consunción a consecuencia de la pérdida de la esposa y para la actividad desplegada por el Maestro Simón Rodríguez al ver la situación en que se encontró Bolívar a los veinte y un años de edad.
En LiberCiencia somos de la opinión de que si se quiere, se puede, porque todo es cuestión de voluntad, esfuerzo y entusiasmo. Y los sueños que tengamos dependerán de tus pasos, de tu iniciativa y tu proactividad. Y también de los vientos externos que te hagan variar el rumbo o naufragar. La cuestión es levantarse, aprender del rumbo trazado, de los errores cometidos y siempre seguir adelante.
Empieza a subir peldaños, poco a poco, con la valentía en tu frente y la energía en tu mirada. Estudias las posibilidades reales, los senderos y atajos, tus fuertes y debilidades, tus oportunidades y obstáculos. Todos suma para conseguir llegar a la cima de tus propósitos. Pero lo dicho: sin movimiento, no hay camino, sin actitud proactiva, no hay nada.
Tienes que creer en ti, con todas tus fuerzas, pero tienes que ponerte en marcha, caminar, luchar, esforzarte y buscar soluciones. Nada te vendrá regalado así que tienes que construir los caminos oportunos para que esos sueños, al final, se cumplan. ¿Eres un soñador perezoso? o, por contra ¿eres un intrépido aventurero que disfruta de la vida y quiere cumplir sus proyectos? Atrévete, disfruta del trayecto y lucha por lo que crees. Es cuestión de asumir responsabilidades y de cumplirlas sin excusas y esto pasa por dejar de andar buscando culpables en los demás.
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