Las semillas de fresa se encuentran alrededor de la superficie de la fruta, aunque no necesariamente donde piensas. En realidad, las fresas no son bayas, como podría asumirse por su nombre en inglés, y lo que piensas que son semillas en el exterior son en realidad los frutos de la planta de fresa. Afortunadamente, cada pequeño fruto contiene una semilla llamada aquenio, así que lo único que debes hacer es extraerlas de la fresa. Existen varios métodos para obtener estas semillas, algunos de los cuales consisten en raspar la fruta, licuarla y secarla.
1.+ Licúe las fresas y cuela las semillas.Una de las formas más comunes de extraer las semillas de fresa es licuar la fruta y luego recoger las semillas de la pulpa líquida. Para hacerlo, necesitarás cinco o más fresas maduras y sanas. De seguro destruirás algunas semillas en el proceso, pero estas frutas las tienen de sobra.
Coloca las fresas en la licuadora y enciéndela en velocidad baja de 10 a 20 segundos. Coloca el vaso a un lado y permite que la mezcla repose.
Retira las semillas que flotan en la capa superior. Puedes descartarlas, ya que probablemente estén rotas y no sirvan.
Coloca un tazón y encima un colador de malla fina. Luego, vierte la pulpa a través del colador. Puedes utilizar lo que caiga al tazón para hornear, hacer mermelada o comerlo directamente.
Dirígete al lavaplatos y haz correr un chorro de agua a través del colador para deshacerte del exceso de pulpa. Una vez que termines, deberán quedar bastantes semillas enteras en el fondo del colador. Espárcelas sobre un pedazo de papel absorbente y permite que se sequen con el aire. Retira los restos de pulpa que aún estén adheridos a las semillas.
Coloca las fresas en la licuadora y enciéndela en velocidad baja de 10 a 20 segundos. Coloca el vaso a un lado y permite que la mezcla repose.
Retira las semillas que flotan en la capa superior. Puedes descartarlas, ya que probablemente estén rotas y no sirvan.
Coloca un tazón y encima un colador de malla fina. Luego, vierte la pulpa a través del colador. Puedes utilizar lo que caiga al tazón para hornear, hacer mermelada o comerlo directamente.
Dirígete al lavaplatos y haz correr un chorro de agua a través del colador para deshacerte del exceso de pulpa. Una vez que termines, deberán quedar bastantes semillas enteras en el fondo del colador. Espárcelas sobre un pedazo de papel absorbente y permite que se sequen con el aire. Retira los restos de pulpa que aún estén adheridos a las semillas.
2
Raspa las semillas para quitarlas.Otra forma de extraer las semillas de fresa consiste en rasparlas con un cuchillo. Para empezar, coloca cinco o más fresas maduras y sanas en un contenedor hermético y déjalas en el congelador de un día para otro.
Al día siguiente, retira las fresas del congelador. Con una hoja de afeitar, una navaja o un cuchillo de cocina afilado, raspa los lados de la fresa cuidadosamente y saca cada semilla. No hagas cortes muy profundos en la fresa y ten cuidado de no cortarte.
Coloca las semillas extraídas en un pedazo de papel absorbente limpio y déjalas secar. Puedes comerte las fresas o utilizarlas para preparar algo.
PARTE I
3
Seca las fresas y frótalas para quitar las semillas. Otra forma de extraer las semillas de fresa es cortar capas de la superficie y dejarlas secar. Una vez que estén completamente secas, puedes simplemente frotarlas con tus dedos para quitar las semillas. Este método es más seguro que el de rasparlas. Para hacerlo, necesitarás alrededor de cuatro frutas maduras.[3]
Coloca las fresas sobre una tabla de picar. Con un cuchillo afilado, corta tiras verticales (del tallo a la punta) de la capa externa de las fresas cuidadosamente. Asegúrate de no llegar muy profundo. Procura que cada tira tenga semillas y un poco de pulpa.
Coloca las tiras con las semillas hacia arriba en un pedazo de papel absorbente limpio. Con cuidado, presiónalas contra el papel. Pon las tiras junto con el papel en un lugar cálido y seco, pero donde no caiga el sol directamente. Déjalas ahí unos cuantos días hasta que se sequen por completo.
Una vez que las tiras estén completamente secas, coloca el papel absorbente en una superficie plana. Con un dedo, frota cada tira de fresa seca cuidadosamente. Conforme pasas tu dedo por la superficie, las semillas se irán saliendo.
4
Compra las semillas. En lugar de extraer las semillas tú mismo, puedes comprarlas en viveros y por Internet. Si prefieres, también puedes adquirir una planta de semillero, la cual es mucho más sencilla de cultivar.
Si compras semillas, tendrás que germinarlas y luego trasplantar las plantas de semillero a una maceta o jardín.
Es más probable que consigas una variedad específica de fresa al comprar semillas o plantas de semillero. Por otro lado, si cosechas las semillas de una fresa comprada en una tienda, es posible que la nueva planta no dé el mismo fruto que su predecesor, sobre todo si la fresa original era una variedad híbrida.
Germinación:
1
Congela las semillas. Las semillas de fresa germinan mucho más rápido si las congelas primero, ya que de esta manera inician su ciclo de invierno regular. Luego, una vez que las semillas se descongelan y entran en calor, inician en el ciclo de primavera y empiezan a germinar de inmediato.
Coloca las semillas secas en una bolsa o contenedor hermético. Déjalas en el congelador de tres a cuatro semanas.
Las semillas de fresa deben plantarse en el interior durante el invierno o al inicio de la primavera, aproximadamente 10 semanas antes de la última helada. Asegúrate de congelar las semillas con anticipación, antes de la fecha indicada.
Congela las semillas. Las semillas de fresa germinan mucho más rápido si las congelas primero, ya que de esta manera inician su ciclo de invierno regular. Luego, una vez que las semillas se descongelan y entran en calor, inician en el ciclo de primavera y empiezan a germinar de inmediato.
Coloca las semillas secas en una bolsa o contenedor hermético. Déjalas en el congelador de tres a cuatro semanas.
Las semillas de fresa deben plantarse en el interior durante el invierno o al inicio de la primavera, aproximadamente 10 semanas antes de la última helada. Asegúrate de congelar las semillas con anticipación, antes de la fecha indicada.
2.- Descongela las semillas. Una vez que estés listo para plantar las semillas, retíralas del congelador y permite que se calienten a temperatura ambiente. Déjalas en el contenedor hermético hasta que esto suceda.
Es importante que las semillas no tengan contacto con el aire mientras se calientan, ya que la idea es que permanezcan secas durante el proceso. De lo contrario, la humedad fría podría dañarlas.
3
Planta las semillas. Llena una bandeja para semillas con sustrato para semilleros hasta cubrir aproximadamente 2,5 cm (1 pulgada) de profundidad. Las fresas necesitan una tierra fértil y ligeramente ácida. El pH ideal debe estar alrededor de 6 en la escala, así que añade un poco de azufre en polvo a la mezcla de sustrato de ser necesario, también la borra o cipe del café le será apropiado.
Añade suficiente agua para humedecer la tierra y espolvorea las semillas de fresa en la superficie. Cubre las semillas con una capa delgada de tierra o musgo de turbera de modo que aún reciban luz solar. Finalmente, cubre la bandeja con una capa de papel film.
4.- Elige un lugar para colocar las plantas. Puedes plantar las fresas en maceta o en camas de tierra elevadas siempre y cuando hayan pasado tres semanas desde la última helada. Estas requieren mucha luz solar, así que elige un lugar que reciba entre 6 y 10 horas de luz solar al día.
Para crear una cama de tierra elevada sencilla, coloca un pedazo de plástico en el lugar donde quieras ubicarla.
Utiliza pedazos de madera, troncos, bloques de hormigón, ladrillos u otro material para construir una barrera cuadrada o rectangular a lo largo del borde del plástico, la cual servirá para mantener la tierra en su lugar. Asegúrate de que mida al menos 25 cm (10 pulgadas) de alto.
Llena el interior con tierra hasta cubrir al menos 20 cm (8 pulgadas) de profundidad.
Para crear una cama de tierra elevada sencilla, coloca un pedazo de plástico en el lugar donde quieras ubicarla.
Utiliza pedazos de madera, troncos, bloques de hormigón, ladrillos u otro material para construir una barrera cuadrada o rectangular a lo largo del borde del plástico, la cual servirá para mantener la tierra en su lugar. Asegúrate de que mida al menos 25 cm (10 pulgadas) de alto.
Llena el interior con tierra hasta cubrir al menos 20 cm (8 pulgadas) de profundidad.
2
Elige y prepara la tierra. Las fresas necesitan una tierra húmeda pero no empapada, así que esta debe tener un buen drenaje. Una opción que puedes considerar es una mezcla de tierra franco arenosa y abono orgánico o fertilizante.
La proporción aproximada debe ser 1 parte de abono o fertilizante y 2 de tierra.
3
Planta las fresas. Para cada planta, cava un agujero de 15 cm (6 pulgadas) de profundidad en la tierra. Esparce las raíces y coloca la planta en la tierra. Asegúrate de que la corona de la planta no quede bajo la superficie. Deja un espacio de 60 cm (24 pulgadas) entre cada planta.
Llena el agujero alrededor de las raíces con tierra y dale golpes para comprimirla y deshacerte del aire atrapado.
La corona es el tallo grueso ubicado en el centro de la planta, donde se inician las raíces.
4
Riega las plantas conforme van creciendo. Una vez que termines de plantar las fresas, riégalas. Proporciónales agua cada vez que la tierra empiece a secarse, sobre todo cuando el clima se torna muy cálido y seco.
Riega las plantas de fresa temprano por la mañana y vierte el agua directamente en la tierra; no mojes ni las frutas ni las hojas.
Para mantener la tierra húmeda, coloca una capa de paja limpia sobre la tierra.
Quizá debas esperar hasta el siguiente año para que tus plantas produzcan fruto.
Existe otro método para el cultivo de la fresa. Es el siguiente.
PARTE I. EXTRACCIÓN DE LA SEMILLA
1.- Escoge una o dos fresas frescas. Debes asegurarte de que estén maduras pero no demasiado blandas.
2.- Presione con la punta de un palillo o mondadientes debajo de una de las semillas que se encuentran en la cáscara de la fresa. Luego, da un golpe rápido para sacar la semilla, ya que estas se mueven rápido. Asimismo, si las presionas para sacarlas, solo conseguirás abrir un agujero en la fresa.
3.- Siga extrayendo las semillas y pongalas en un plato. Recolecta la cantidad de semillas que creas conveniente. Trata de recolectar una buena cantidad (aproximadamente de 20 a 30 semillas) para asegurarte de que al menos una dé frutos.
PARTE II
Cultivar las semillas de la fresa
1.- Llena un frasco u otro recipiente con la tierra adecuada para sembrar fresas.
2.- Humedezca, sin empaparlo, el palillo o mondadientes en agua y con la punta pinche un par de semillas. Estas se quedarán pegadas al palillo sin caerse.
3.- Cuando ya se hayan pegado alrededor de cinco a siete semillas, coloque el palillo sobre el frasco lleno de tierra. Golpea la cabeza del mondadientes (no de las semillas) con tu dedo medio o índice. Las semillas de la fresa caerán y se dispersarán en el frasco. No empujes las semillas hacia abajo.
4.- Repita el procedimiento varias veces hasta que todas las semillas caigan en el frasco o recipiente lleno de tierra.
PARTE III
Ayudar a que las semillas germinen
1.- Llene una taza con un tercio de agua y añade dos tercios de peróxido de hidrógeno.
2.- Revuelva la mezcla e inserte el palillo en esta solución. Luego agregue algunas gotas de esta solución sobre las semillas. De esta manera, podrán comenzar a germinar, puesto que el peróxido de hidrógeno es un oxidante natural.
No es necesario que haga esto todos los días. Puede hacerlo cada dos días hasta que las semillas germinen. Una vez germinadas, solo necesita hacerlo una vez a la semana.
3.- Riega la tierra con cuidado. Si riegas demasiado las semillas, estas se ahogarán y se volverán mohosas. La tierra debe mantenerse húmeda pero no mojada. Puedes regar aproximadamente una o dos veces por semana.
4.- Coloque el frasco en un lugar tibio donde las semillas puedan recibir la luz del sol para que germinen.
5.- Espere hasta que las semillas germinen. Estas germinarán en unos cuantos días. Si crecen bastantes plantas, puedes trasladarlas a macetas diferentes luego de algunas semanas.
6.- Este pendiente del crecimiento de las plantulas. Cuando hayan crecido lo suficiente, se comenzará a formar la fruta y podrá tener algunas fresas deliciosas para comer
Sugerencia:
Sugerencia:
La fresa se puede cultivar en cualquier época del año dentro de la casa. Sin embargo, no podrá hacer lo mismo al aire libre. Siempre y cuando coloque las semillas en un lugar tibio y soleado para que germinen, Las plantas crecerá bien.
Existen tres tipos de fresas: fresas de junio, fresas de producción continua y fresas de día neutro.
Debes conservar la planta de fresas dentro de tu casa. De esta forma, también la mantendrás a salvo de los insectos molestos (a menos que haya algunos dentro de tu casa debido a tus otras plantas.
Haz un agujero debajo del frasco para que el agua se pueda meter y salir.
No cultive las fresas en la tierra que hayas usado hace poco para sembrar tomates, papas, pimientos o berenjenas. Cabe la posibilidad de que la tierra esté infectada de verticilosis.
Materiales necesarios:
1 fresa mediana o grande
1 palillo o mondadientes
Peróxido de hidrógeno
2 frascos (uno debe estar lleno con agua y el otro con tierra para sembrar las fresas)
1 plato descartable
BENEFICIOS PARA LA SALUD
1.- Fresas para personas con diabetes. Las fresas son una opción excelente para personas con diabetes o que tengan que vigilar los niveles de glucosa en sangre. Contienen muy pocos carbohidratos y su índice glicémico es bajo.
2.- Fresas para el estreñimiento. Además de aportar vitaminas y minerales muy beneficiosas para la salud, otro gran aporte de la frutilla, como también es conocida la fresa, es su contenido en fibra soluble. Esta fibra ayuda a mantener la regularidad en el baño y a prevenir o mejorar el estreñimiento.
4.- Fresas para la hipertensión. Para las personas con tensión arterial alta las frutillas son ideales porque tienen muy bajo aporte de sodio pero un alto contenido en potasio.
5.- Fresas como antioxidante. En proporción, las fresas tienen mayor contenido en vitamina C que las naranjas. Además las fresas contienen otros antioxidantes como las antocianinas, unos flavonoides que contribuyen a retrasar el envejecimiento, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y el cáncer. La fresa es una fruta que destaca por su contenido en antioxidantes.
6.- Fresas para los dientes. La frutilla puede contribuir a que tengamos una boca más sana debido al xilitol que contienen. Este compuesto ha demostrado ser eficaz para combatir la desmineralización de los dientes, proteger el esmalte y reducir la placa bacteriana.
7.- Fresas para la retención de líquidos. Al aumentar la formación y expulsión de orina, la diuresis, se elimina el líquido acumulado en el organismo y los productos de desecho que se generan. Esto es beneficioso para las personas con retención de líquidos, para los que tienen gota o artritis.
8.- Fresas para la anemia ferropénica. Para prevenir o mejorar los casos de anemia ferropénica, es imprescindible incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina C (como las fresas) porque esta vitamina es imprescindible para que se pueda absorber correctamente el hierro.
9.- Fresas para la inflamación. La fresa tiene un efecto antiinflamatorio debido al ácido salicílico que contiene. También destacar que las personas que sean alérgicas o tengan reacciones adversas a la aspirina podrían serlo a las fresas y viceversa, pudiendo causar urticaria.
10.- Fresas para la piel. Debido a su contenido en vitamina C y en agua, las fresas contribuyen a mantener una piel joven e hidratada porque la vitamina C favorece la producción de colágeno y la renovación de la piel. Con las fresas es muy fácil cuidarnos desde dentro para tener una piel saludable.
Aunque el contenido de ácido oxálico de las fresas es bajo, las personas con insuficiencia renal o con piedras o cálculos renales causados por oxalato no deben consumir fresas y otros alimentos que lo contengan en exceso.
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